Servicio

El servicio a las personas con drogodependencia

Hay centros de rehabilitación para las personas que son adictos y en realidad esto es muy buenos en las fases iniciales del tratamiento, pero el adicto necesita una familia y muchas veces la familia no está dispuesta a ayudarlo o no tiene las capacidades necesarias para atender a estas personas.



¿Por qué tomarse tantas molestias por los adictos? ¿Porque no dejarlos morir o matarlos de una sobredosis y ya? Esta y muchas preguntas se hacen las personas buenas y de toda índole en el mundo. 

Hay algunos casos en que se unen los dolores y una madre de un adicto puede entender perfectamente a otro adicto, lo mismo que muchos casos en los que se involucran personas prestantes cuando se descuidan y terminan con una adicción.

Esto tiene una serie de respuestas de acuerdo a cada caso y si alguien le salva la vida a un hijo, los padres de este hijo son capaces de ayudar a salvarle la vida otros, colaborando para que se aparte de la drogadicción.  Hay muchas personas que trabajan con este colectivo sin remuneración muchas veces.

Son cadenas de amor que la creación tiene para que los hombres practiquen la misericordia y no se cansen de servirse unos a otros, en medio de las limitaciones y aflicciones de todas clases.

Nadie sabe lo que vive una familia que tienen un miembro con  problemas de adicción, generalmente no es uno solo, muchas veces hay más de una persona con problemas.

No debemos dar ideas a los jóvenes porque eso exacerba su curiosidad y los lleva más allá de lo debido, y se debe restringir la información de acuerdo a las edades y necesidades cuando es necesario.

Hay muchas iglesias y centros de rehabilitación que hacen una labor notable, pero hay personas que pierden la visión y esto trae raíces de amarguras y resentimientos que son muy difíciles de superar y son peores que una adicción.

Por eso no es bueno una persona que atienda los menesteres de las personas con discapacidad por la droga y consecuencias de esta durante demasiado tiempo, porque es una carga emocional que desgasta y va limitando las expectativas de las personas, especialmente cuando están en medio de congregaciones cristianas.

El ser humano tiene la tendencia de mostrar lo bueno y esconder lo malo, pero hay señales que demuestran cuando realmente hay una recuperación y restauración de la persona que se ve en lo espiritual y se refleja en el físico.

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