Evolución de las drogas en los jóvenes y niños

Las drogas fueron invadiendo las ciudades y el narcotráfico ha traído grandes males en las ultimas décadas del siglo pasado y comienzos de este siglo.

Se ha convertido en un flagelo a varios niveles, el principal es la economía de los gobiernos y la salud.

Este fenómeno de las drogas ha incrementado en forma alarmante los rubros que se destinan principalmente a la salud como medicinas para contrarrestar la cantidad de enfermedades de transmisión sexual y de varias índoles por causa de ellas y también del VHI Sida que se transmite por compartir artículos de uso personal contaminados.

Afecta a la sociedad porque los narcos para acrecentar su negocio ilícito usan a los niños como consumidores en las escuelas, para comercio sexual y trabajos dentro de los grupos o carteles.

Hay una nueva generación de narcos que gracias a su forma sangrienta y maneras de operar también están creando una nueva generación de jóvenes zombis.

Estos jóvenes zombis podemos llamarlos así, porque desde temprana edad están metidos en medio de los narcos y sus secuaces y no crecen emocionalmente ni espiritualmente y cuando lo hacen es  de una forma incompleta, tienen poca comprensión de quienes son, de sus necesidades y su valor como seres humanos.

Paralelos a ellos también aquellos que se inician desde temprana edad en la droga y que caen en el vicio de la droga por incitación.

Se tiene el conocimiento de jóvenes que se iniciaron a una edad muy temprana en la droga y se convierten en jibaros o se apartan, pero es muy difícil recuperar el tiempo perdido.
Esto requiere tiempo, paciencia y amor de muchas personas y tratamientos médicos que muchas veces son inaccesibles por la escasez monetaria y por lo costosos que son.

La violencia que desatan las drogas está minando varios países latinos, gracias a la ignorancia de las personas que viven en ellos y que sirve como un escalón muy firme para que prospere el negocio de la droga.

Las medidas que se deben tomar para crear soluciones a corto, mediano y largo plazo es incrementando el conocimiento que tienen los adultos, padres y maestros en las escuelas públicas y privadas para enseñar a los niños y jóvenes a prevenir el consumo.
Se deben crear redes juveniles en los sitios de estudio, con mecanismos para que aquellos que se infiltran en las universidades y escuelas técnicas puedan ser descubiertos y sacados fuera de las instituciones.

Porque la seguridad e integridad de los estudiantes se debe salvaguardar y merece el privilegio de ser lo primero que se debe tener en cuenta para tranquilidad de los padres que tienen hijos discapacitados por cualquier clase de problema.

La enfermedad es demasiado contagiosa para ignorarla, no es posible que jóvenes prometedores que tienen talentos y cualidades para servir a su país, sean discriminados y usados para el mal, como está pasando en todos los estratos económicos.

Muchos asesinatos y cosas malas en la juventud son por venganzas que nadie entiende o que sabemos, pero no se debe fomentar la violencia siendo permisivos con los que cometen estos actos fuera de la ley.

No es normal que un muchacho dispare a compañeros de clase, no es normal que una joven se suicide, nada de lo que acompaña a la violencia en la juventud es normal y generalmente es causado por las drogas y todo lo que involucran.

No debemos buscar tantos culpables, ni señalar a tantos Pablos Escobares colombianos y de todo el mundo, el que se justifica y no trabaja para encontrar soluciones es tanto o más culpable que ellos.

Si hay personas que lo hicieron, lo hacen o ya no lo hacen para eso está la ley, los padres, las personas encargadas de los jóvenes en los grupos cristianos, los colegios y todas las instituciones del gobierno donde se prestan servicios obligatorios, tienen la obligación de salvaguardar el buen nombre de ellos y cumplir con su deber tratando de mejorar las condiciones para cambiar esta situación crítica que quiere minar la juventud en todas partes del mundo.

Cumplir con el deber hasta un límite razonable sin involucrarnos más allá de lo que se debe para poder dar un buen ejemplo, es lo que se debe hacer.

¿Podemos estar seguros de que hemos hecho lo debido en nuestros hogares? Esa debe ser la prioridad. ¿Nuestros hijos están informados de los peligros que los acechan? ¿Tiene su hijo(a) la confianza para contarle sus temores o ciertas cosas privadas? Estas y muchas preguntas más deben hacérselas en su interior cada persona para saber hasta qué punto su hijo esta seguro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario