El adicto y la disciplina

¿Cómo manejar las situaciones de adicción en las familias?

Sabemos que hay muchas clases de adicciones y que una de las más arraigadas y peligrosas es la adicción a drogas como por ejemplo la cocaína y la heroína.

Ser adicto implica una serie de circunstancias que se reúnen en la vida de estas personas para llevarlos a un grado de adicción del que difícilmente pueden salir.

Una de estas circunstancias es la crianza que se le da a los hijos. Cuanto mayor sea el grado de amor y comodidad (techo, alimentos, vestido, estudio) conque se crien va a incidir positiva o negativamente en la fuerza de su adicción.

Cuando hay maltrato infantil, abusos consecutivos de cualquier forma, bien sea sexual o golpes, se debilita la futura personalidad e identidad de las personas.

En cambio cuando la persona se desarrolla en un entorno amoroso, protector, sin importar la calidad de vida económica, es más difícil mantener una adicción.

Cuando una persona es amada, generalmente es supervisada y disciplinada. Muchas veces no es suficiente el amor y la supervisión hay que disciplinar, hay que mantener al adicto o al que comienza una adicción vestido, alimentado, con techo pero sin dinero.

Una adicción de cualquier clase requiere dinero para sustentar el vicio y si el adicto debe ganar dinero para sostener su adicción, le va a ser difícil caer tan bajo que no tenga redención.

Cuando la familia por comodidad, por evitar vergüenzas, problemas, etc.  le da todas las facilidades al adicto, lo patrocina supliendo sus necesidades más allá de lo que en realidad necesita este toma ventaja y aprende un arte que se llama mentira y manipulación.

Las personas adictas son manipuladoras, tienen una gran cantidad de excusas y mentiras para hacer que los demás hagan lo que ellos quieren, sin importar nada más.

El adicto es una persona llena de egoísmo concentrado, debido a que solo piensa en llenar su necesidad, en guardar para la siguiente vez que vaya a consumir o a tomar, jugar, en fin la adicción que tenga.

La persona que tiene adicciones desvía la atención de su adicción, trata de llamar la atención de todos hacia ellos y su sufrimiento, su falta de capacidad y un gran número de cosas que les evite ser confrontados con sus problemas de adicción y sus posibles soluciones.

Cuando tenemos la confianza de haber estado siempre para nuestra familia, especialmente nuestros hijos que son el principal patrimonio de la humanidad; podemos disciplinar con un poco de sabiduría y hacer retomar el camino de la sanidad a estas personas.

La adicción de los hijos crece y se profundiza cuando no hay verdaderas relaciones filiales. Es mejor no preguntar ¿Que estas usando? ¿Donde consigues la droga? ¿Cuando comenzaste?  y otras preguntas por el estilo, debido a que esto nos vuelve cómplices de nuestras propias familias en su delito.

Mejor si no se es cristiano, tratar de encontrar ayuda y consejo en las personas que si pueden y deben ayudar. En entidades reales, no gubernamentales que están carcomidas por la burocracia, a menos que pertenezcan a la salud y sea su obligación cumplir con la sociedad.

Muchas personas debemos tener la adicción a medicinas recetadas, debido a que así protegemos la salud y podemos tener una mejor calidad de vida. Esto implica que cuando un adulto responsable maneja drogas de control o normalitas, debe tener cuidado con las personas con las que convive, para que no comiencen a creer que es bueno tomar remedios sin control y creen alguna clase de adicción.

Esto se llama hipocondría, la hipocondría se manifiesta en las personas haciéndoles creer que necesitan tratamientos, tienen enfermedades imaginarias y es una forma aditiva de llevar la vida. 

Los padres que crían a sus hijos con demasiados modernismos, comida chatarra y alimentos rápidos con la excusa de la falta de tiempo y mucho más, están criando adictos en potencia.

El mundo no se acaba porque las madres descansen del trabajo los primeros años de vida de sus hijos, los cuiden y les enseñen los primeros rudimentos de la vida. Es un precio invaluable que se paga en economía para un mejor futuro de ellos.

Muchas veces no se quiere renunciar a la labor que se desempeña por el dinero que se recibe y la comodidad que da tener esa entrada extra en el hogar. La decisión de las madres es personal, cada mujer independientemente de lo que se aconseja debe hacer lo mejor posible o lo que ella decida, recordando que los frutos se dan en los mejores ambientes y no precisamente de riqueza.

El dinero es necesario, facilita muchas cosas en la vida, es muy rico tenerlo y disfrutarlo. Pero no es sinónimo de plenitud, de llenura, es sinónimo de vanidad, de derroche y vanagloria humana.

Nunca va a ser mejor un teléfono inteligente o una tablet como amigo de los niños de cualquier edad, que el amoroso cuidado de padres, maestros, compañeros, familiares y un largo etcétera de ayudas que se tiene un la vida de toda persona. 

Es importante que los padres también trabajen en ellos emocionalmente, familiar y laboralmente para poder salir adelante en situaciones estresantes con los adictos y sus problemas.

Generalmente las personas que tienen adicciones están llenas de problemas, buscados debido a su adicción y los medios que utiliza para obtener los recursos para sustentar la adicción que padecen.

Una persona que consume drogas, es beoda, o padece una ludopatía, es un delincuente en potencia, desarrolla artes para mantener vivo su habito, debido a que la abstinencia produce estados temperamentales imposibles de manejar por las personas que están alrededor del adicto.

Es posible ayudar a estas personas, nada es imposible en la vida. Las posibilidades aumentan cuando ejercemos una sana disciplina y somos conscientes del problema que se esta viviendo, para minimizarlo y no permitir que afecte negativamente a todo el núcleo familiar, desarticulando los demás ordenes familiares que se mantienen y debilitando la unidad de los demás miembros de la familia con las cabezas de hogar.

Los padres generalmente sienten una debilidad enfermiza por estos hijos en problemas y en ocasiones no se preocupan del daño que le hacen a sus demás hijos. Con tal de mantener a salvo y ayudar a su hijo terminan en ocasiones aprendiendo de sus manipulaciones y utilizandolas en favor de ese hijo adicto.

Favorecer a un hijo por encima de los derechos de los demás hijos, pasando por encima de sus necesidades o de las necesidades de otros miembros de la familia a la larga causa una profunda división y animadversión hacia estas personas implicadas, se agrava el problema y en ocasiones la justicia debe intervenir para ayudar a estos grupos familiares.

Esta es una clase de violencia intrafamiliar que se vive en muchas familias. El favoritismo de los padres hacia uno o más hijos por causa de enfermedad, problemas de homosexualidad, síndrome de down, etc. 

Requieren mucho tiempo estas personas, su cuidado es agotador y muchas veces el dinero escasea, obligando a los padres ha hacer pasar necesidades o separaciones a los demás hijos para cuidar del que más los necesita.

Es bueno instruir a las comunidades para que sean una ayuda eficaz en estos casos y que las comunidades colaboren para mantener el flagelo de la droga alejado de los hogares de una forma más eficiente.

Sabemos lo ineficaces que pueden ser los entes públicos para tomar una decisión en favor de las necesidades de los grupos familiares, pero no se debe dejar de intentar encontrar soluciones para los problemas que acarrea este tipo de adicción.

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